El uso de la recopilación del Patrimonio Inmaterial de una comunidad para reforzar su identidad

Cuando los resultados de nuestro trabajo tienen unas consecuencias que superan el propio proyecto, no podemos evitar sentirnos especialmente orgullosas. Es lo que ha ocurrido en Noáin la pasada semana.

Hace un tiempo realizamos la recopilación del Patrimonio Inmaterial del Valle de Elorz. Como suele ocurrir, las vecinas y vecinos contaban en sus Unidades de Patrimonio Inmaterial muchas historias sobre los duros inviernos navarros: el frío, los trabajos, algo sobre el Carnaval y bastante sobre la matanza del cerdo. Pues bien, este invierno varios agentes de la vida cultural de Elorz (Ardantzeta Dantza Taldea, Noaingo Gau Eskola, Taller de Teatro de Torres de Elorz, Escuela de Música de Noáin, CC Bidea, Grupo Scout Lykos, el Club de Jubilados de Noáin, el Ayuntamiento a través del Patronato de Cultura y el colegio San Miguel) han buceado entre las entrevistas que recopiló Labrit Patrimonio para reinventar un personaje fundamental de esta época en el Valle: Txantxo de Andricain, más conocido como Txantxagain. Este ladronzuelo robó en una ocasión, según la leyenda, todos los alimentos de la matanza del año. Las vecinas lo persiguieron y dieron caza a este personaje con una cabeza gigante llena de pájaros.

A través de la recuperación de esta referencia, en el valle han aprovechado para retomar otros personajes de la vida local del siglo XX, adaptadas al mundo actual eliminando los estereotipos de género: mondongueros, trilladoras, pastoras, herreras, bodegueros…

La implicación de la gente ha sido estupenda y desde Labrit nos sentimos muy afortunadas de haber podido participar en este proceso de fortalecimiento del imaginario local.

 

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