EL AYUNTAMIENTO DE VILLAVA ESTRENA EL 27 DE MAYO EL AUDIOVISUAL “MEMORIAS DE 1Km²”

Dokumentalean agertzen den harakina

A través de Labrit Patrimonio, el Ayuntamiento de Villava decidió recoger las vivencias de aquellos primeros meses que nos trajo el Covid-19. Lo ha hecho mediante un audiovisual que servirá para transmitir este momento histórico a nuestros descendientes.

Ofrece la oportunidad de conocer lo vivido en las calles de Villava y sobre todo en las casas mediante las experiencias de diez personas. L@s representantes municipales, tuvieron que dejar de lado la mayoría de los proyectos que tenían sobre la mesa, y proteger e informar a la ciudadanía se convirtió en uno de sus primeros objetivo. Y para ello fue imprescindible la labor del personal municipal y de la policía municipal.

Las trabajadoras de los Servicios Sociales también trabajaron más horas que nunca, ya que el coronavirus hizo aún más vulnerables a vecinas y vecinos que ya lo eran. Sin embargo, en algunos casos fue imposible cerrar las puertas al virus y muchas familias perdieron a sus familiares sin tener la oportunidad de poder despedirse.

Bien lo saben los sacerdotes. A Don Tomás Azparren le tocó estar más lejos y a la vez más cerca que nunca de sus vecin@s. La emoción le sigue embargando al recordar los momentos vividos durante esos días en el cementerio del pueblo. Cerró las puertas de la iglesia y trabajó telemáticamente en los casos que fue necesario. Aunque ya lo tenía claro, este virus parece ser que ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad humana.

En Villava, las primeras personas en enfermar fueron las que estaban en primera línea. Mari Jose Echarri y Antonio Urbiola son algunos de los ejemplos. Mari Jose iba a abandonar el puesto de responsable de Servicios Sociales. Estaba apunto de jubilarse cuando llegó el coronavirus, pero viendo la situación se dio cuenta de que su experiencia era más útil que nunca y trabajó muy duro. Acabo contagiándose y tuvo que estar en casa durante algunas semanas. El policía municipal Antonio Urbiola también tuvo que permanecer en casa durante las dos primeras semanas. Su pareja que es enfermera dio positivo y toda la familia tuvo que guardar la cuarentena. Al volver al trabajo se dio cuenta de cómo había cambiado la labor de sus compañeros en las calles del pueblo.

Pero no todo ha sido tristeza y sufrimiento. Todas las personas destacan la importancia que ha tenido el trabajo en equipo. Algunos oficios que antes no valorábamos suficientemente se han hecho más visibles, por ejemplo el de l@s comerciantes. Felix Ilarraz, de la carnicería Olóriz, recuerda las largas colas que se formaban en su puerta y los aplausos que recibía de sus vecin@s de vuelta a su casa. Ignacio Donezar también cerraba la puerta de la farmacia entre aplausos de agradecimiento. Él no tiene tan claro si aquellos aplausos que venían de ventanas y balcones estaban dirigidos a él o la gente se aplaudía a sí mism@.

Sea como fuere, todos eran merecedores. Para los vecinos y vecinas de Villava la fase de desescala tras el confinamiento no fue tan sencilla como para otros muchos. La prohibición de salir del municipio les hizo prisioneros en el único kilómetro cuadrado que tiene el pueblo. Pero a medida que se flexibilizaron las medidas, Villava recuperó algunas de sus costumbres, como la feria de los jueves.

Al igual que en el resto de localidades, en Villava se está recuperando paulatinamente la normalidad. Algunas iniciativas aún tendrán que esperar, pero ha llegado el momento de estrenar el audiovisual “Memorias de 1km²: el 27 de mayo, a las 19:00 horas, en la Casa de Cultura de Villava.

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